OLIVENZA. ¿Habré visto otra corrida?

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Llegue, atrás deje kilómetros y kilómetros de asfalto, a decir verdad no me ha importado, he tenido tiempo de pensar, de detenerme profundamente en lo vivido, y lo importante: de obtener unas firmes conclusiones. Apenas he ojeado la prensa, pero sí lo suficiente como para ver esa fotografía a hombros de Ponce y Talavante que para mí no refleja la realidad. Ya durante la corrida lo iba intuyendo por cómo reaccionaba el público con ambos toreros; no quisiera desmerecerlos pero es curioso, pondré como ejemplo cómo se hicieron con las dos orejas de un mismo toro; Ponce al cual admiro y alardeo de haberle visto bien en dos grandes ocasiones (Bilbao-Samuel y Sevilla-Zalduendo) tuvo un cuarto toro que su principal problema fue su mansedumbre, frío, huidizo en los primeros tercios el Ponce técnico y resolutivo, lo metió en la canasta muy tapadito y embebido en un par de tandas con la derecha que tuvieron cierta importancia, pero claro, yo recuerdo ¿cuándo rompió y llegó a los tendidos? cuando tiró de ese toreo de accesorios; pases de pechos, tres en uno y sobre todo en un cierre por abajo muy típico en él… y lo mismo, lo mismo, lo mismo Talavante, al cual le doy su tiempo porque estoy convencido de que tendrá su importancia en unos años pero que en esta corrida, en el tercero en una faena de poco calado en su grueso, ¿cuándo realmente puso en pie al público? de nuevo con el toreo de accesorios; con las bernardinas y con un desplante. Por lo tanto lo tengo clarísimo, el único que toreó de verdad en Olivenza fue: JOSE ANTONIO MORANTE DE LA PUEBLA, en dos tandas con la derecha y una soberbia al natural, porque el toreo según tengo entendido es ese que se engancha al toro y te lo llevas atrás, lo vacías, giras y otro y así, arriba al tendido, que suenen los olés rotundos, muletazo tras los muletazos y no que sólo suenen las palmas al final de las series… Entonces yo daba vueltas a la cabeza en el camino y pensé ¿por qué no cortó las orejas Morante? sencillamente porque le falto el toreo accesorio, que por supuesto él sabe hacer pero que el toro ya no admitió, porque si le pega los naturales a pies juntos aquello se cae… Pero hubo más cosas durante la mañana, ese mismo toro jamás pensé que le haría faena; no sé si estaba reparado de la vista, pero lo que sí sé es que tenía una falta de fijeza preocupante, que sin embargo ahí Morante estuvo genial, lo enganchaba muy bien, pero pasé miedo, realmente miedo al principio, pero las cosa geniales de Morante… nunca pensé que le serviría! Y luego vino el quinto, un toro que quiso cortarle la cabeza a Morante en un asentado inicio y que no paró hasta tener su presa, el Lilli, un toro zancudo altón que incomprensiblemente se enlotó con ese segundo de apariencia bruta y sin embargo, el lote de Ponce igual de igualado pero por abajo. Pero a lo que iba, ese quinto toro lo lidió sobre las piernas con pausa, sin agobios, como había que hacerlo y ahora porque en lo poco que he escuchado y he leído me encantaría saber qué cojones había que hacer con ese toro. Dicen que no lo quiso ver Morante, pero bueno, ¿el qué había que ver? ¿o es que acaso querían ver que le quitase la cabeza también a Morante? Jamás lo tuve tan claro, qué distinto es Morante y aunque el toreo ya estaba inventado antes de que él llegase y aunque sé disfrutar con gran parte del escalafón, matadores como Morante de la Puebla hoy por hoy, no hay dos.



Fotos de Burladero.es y Mundotoro.com y video correspondiente a Tendido Cero de La 2.