Ordenar en la cabeza de uno todo, todo, todo lo intenso vivido en la misma plaza viendo torear a ese gran torero ha sido una de las tareas más placenteras que me ha regalado el toreo. Incluso ha sido tan fuerte, tan fuerte, tan fuerte que me ha dado la oportunidad de descifrar una de las mayores incógnitas de mi vida: saber, el porqué de la existencia tanto de mí como de los míos en los tiempos actuales y no hace cien, doscientos o trescientos años, o mismamente después de hoy. Ya nunca más tendré que pensarlo; ya sé que si existo a día hoy es sencillamente para poder disfrutar de ese gran torero llamado MORANTE DE LA PUEBLA.
!!!Bendita sea nuestra suerte!!!