9.10.2006

VALLADOLID Al cielo con él, Alvarito...

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Que maravilla, de nuevo en la madrugada frente al ordenador sin querer que ningún periodista me condicione con su lectura en lo que hoy he vivido, pero esta vez me es indiferente porque por encima de todo hay una cosa que tan sólo si acaso yo conozco; mis sentimientos. Sinceramente después de tardes como las de hoy me siento pletórico, afortunado, único porque vaya manera de alimentarse uno, su ansiedad taurina. No quisiera extenderme demasiado en la forma de cómo ha cuajado, probablemente la tarde más completa de la temporada. No cabe duda que Morante ha salido muy arreado, especialmente por lo que está consiguiendo merecidamente Castella, su actuación en el primer toro ha sido de una verdad, de una exposición, de un aguante, de un valor, digno de enarbolar, cuajo las dos primeras series con derecha que me hizo temblar pero luego el viento condiciono, teniendo que esperar a otra serie ya al natural que fue una antología, antología porque ese era el pitón complicado y que no auguraba posibilidad de lucimiento, pues bien Morante lo metió en la canasta. Pero la gloría vino en el 4º, breve recibo de capa, pero que perfección a un toro que no se vaciaba, sino que había que tirar mucho de él, conducirlo, llevarlo… luego un quite, también a la verónica, con gusto, con temple, con garbo rematado con una larga, ahí que larga.. y de ahí a la muleta… de verdad, que inicio… tengo en mi mente dos pases del desprecio que eso fue una autentica maravilla, el segundo con el que cerro inico, eso fue para tirarse de los pelos, se enrosco al toro de tal manera que sucedió una explosión de color en su bragueta impresionante, se había pasado tan cerca el toro que puso el traje blanco y azabache de color de los valiente, pero eso sí perfecto, nada de salir entropicado… y luego… a emocionarse, a sentir, a gozar, a romperse la garganta, a despegarse del asiento, a sentirse agradecido, a tantas cosas que van más allá, del más allá. Decía anteriormente, que prefería hablar más del fondo de intentar poner palabras a lo que uno siente, que enumerar técnicamente cada muletazo o describir las condiciones del toro. Ese fondo que hoy me ha hecho desplegar Morante, está bien basado en el titulo de este blog “amar a un torero”, porque todo nace del amor, es un desgarro dentro de mí que hace aunque suene cursi, hace florecer mis sentimientos, porque detrás hay una pasión, una búsqueda de ese encuentro, enumerar las corridas de este año presenciadas es tan fácil como mirar en post anteriores y en todas aunque no lo describan hay fatigas, ya no sólo por lo material o por tantos y tantos km que he recorrido, sino porque hay un desgaste físico, hay una mujer a la que amo y desplazo, hay desencanto porque yo siempre que acudo a verle voy muy ilusionado y si independientemente las circunstancia, la cosa no sale bien uno sufre… así que por eso Morante me hace quererle.. que emocionante es de verdad verle torear…

Tan sólo me queda añadir una anécdota, una tarde tan completa, tan gozosa, se merece ser correspondido el torero y, ¿de que mejor forma? portándole a hombros en señal de agradecimiento y respeto. Gracias a José Chacón, mi querido hermano cumplió con la deuda… y eso que cómo nada es perfecto se metió en medio otro señor que paseo por el anillo a Morante, pero al menos él le porto para que traspase la puerta grande…

Burladero - Mundotoro - ABC - Burladerodos

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pedro!! Sin palabrass....
Me ha encantado la cronika,y la noticia de la TORMENTA DE ARTE,nitlo imaginas... sit digo la vda staba loko xq se celebrara la corrida de ayer x Morante y x la reaparicion de ese "ser" CASTELLA al cual admiro tb..
Y nada,fue meterme en internet y pam leo tormenta de arte.. y fue leer la cronika y alucinarrrrr!!!!

Weno pedro pues deseando q vuelva a cuajar otra obra de arte (q lo hara) un abrazooo!!!

Anónimo dijo...

wenas pedro ke tal me imagino la faena en mi cabeza como is lo estuviera viendo, weno lo que me alegra es lo de tu hermano por que soys fans numeros unos de jose antonio , y lo que me alegra es que jose antnio se porto bien con vosotros por lo que me dijiste , dile a tu hermano que enorawena , lo que importa que jose antonio es un tio muy genial , bueno cuano vgeas otra obra de arte me lo dices besos sigue asi

Anónimo dijo...

Pedro, me alegro que hayas podido ver a Morante. Pero cuéntanos cómo se vivió en la grada, qué decía la gente al ver un torero tan diferente. Ten en cuenta que Morante no acudía desde hace 6 años a Valladolid, y me imagino que habría mucha gente que nunca haya visto a Morante cuajar un toro en directo. Cuéntanos pedro...

Pedro dijo...

Vaya por delante un saludo a los toreros Gabriel y Pedro que tanto agradezco sus apariciones por el blog.
A Raúl decirte que me metí tanto en la corrida que pensando en tu pregunta, sinceramente no te sabría decir... por ahí he leído que la vuelta al ruedo duro una eternidad, sí pensándolo es verdad, la dio sencillamente cómo es su toreo, despacio, con gusto, sintiéndose y la gente aclamándole al igual que durante sus faenas, cómo también decirte que con Castella también vibraron, yo igual pero con otras sensaciones, más de riesgo aunque puro también ...
Una vez pasado la emoción, uno pasa la faena por su memoria un sinfín de veces, y me gustaría intentar describir unos muletazos tremendos, imaginaros el vaciar la embestida atrás y en el momento que gira toro y muñeca con los riñones encajados, quedarse así unos segundos eternos, en serio como si fuese un parar el tiempo, para que los fotógrafos tuviesen mayor facilidad, de verdad tal cual lo digo... pues eso aparte de la belleza se une una sensación rarísima porque ese acojono te hacía primero cantar el muletazo y seguido desear que se saliese de ahí ¡ya! bueno de verdad tremendo... Yo pienso que esta muy bien los huevos al meterse en los terrenos del toro y echarle eso, huevos... pero yo digo que cuando un torero se encaja tanto cuidado, que ahí vienen los tabacos gordos y ahí se necesita mucho, mucho valor

Un saludo para todos

Anónimo dijo...

Raul, yo estuve en Valladolid y lo vi en directo. La gente se volvió loca, bajo una tormenta grande (ya sabes, tarde de lluvia, tarde de toros), y Morante, descalzo, bordó el toreo. Sonaron dos avisos...y Morante se habia olvidado del tiempo toreando, otro pase, y otro más. La faena de la feria.

Como anecdota decirte que justo delante de mi, habia dos hombres que vinieron a refugiarse bajo mi paraguas llegados desde Monterrey (Mexico) para ver a Morante torear.

Ole, ole y ole.