Amar a un torero: Adrián Gómez

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Creo que fue Joselito o quizás El Fundi, qué más da! uno de ellos acertó plenamente en destacar esa sonrisa tan limpia que presidió toda la mañana el rostro de Adrián. Deseo fervientemente que perdure en el tiempo, que siga teniendo esa fuerza para seguir sintiendo que todo el toreo le amamos, Dios quiera que eso sea así.

Después de ese inicio tan angustioso, yo ansiaba por ver a Morante, y eso que antes toreaba un grande, toreaba José Miguel Arroyo "Joselito". Pero yo y mucha gente, tanto en la plaza como en la tele, deseábamos que de una vez llegase el turno de Morante de la Puebla. Y llegó, claro que llegó… cuánta sinceridad, cuánto deseo de agradar, en definitiva: cuánta entrega… pena que tal vez aquello, digamos por causas varias no saliese tan redondo como yo pensaba, pero al tiempo de finalizar el festival me di cuenta que lo más destacable de Morante no habían sido ni la forma mágica de parar al toro con el capote, ni ese rostro desencajado en el primer par de banderillas, ni el inicio, ni esos tremendos naturales a pies juntos con la muleta. Qué va, lo más, lo más importante, los más destacable había sido ese beso que Morante acababa de dibujar en la cara de Adrián Gómez.