No hay derecho.

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La verdad es que no hay derecho a lo ocurrido este sábado en Sevilla; no hay derecho a que se suspendiese la corrida no habiendo llovido apenas una hora antes no hay derecho. De verdad que me resulta denigrante lo ocurrido, no se puede, ni se debe jugar con la ilusión de la gente; debería estar totalmente prohibido. Se ha perdido probablemente una gran oportunidad de engrandecer el toreo y por lo que nos toca, que Morante nos hubiese deleitado con una de sus grandes, grandes actuaciones. Y es que, qué imbéciles éramos, mientras nosotros andábamos soñando las horas previas cómo iba a ser todo, Eduardo Canorea ya había decidido que aquello no se tenía que dar. ¿El motivo? Yo que sé ¿Por la mierda del dinero del seguro? Pues seguramente, o ¿porque Morante no le diese un repaso de los de verdad al torero de la casa? Pues, pues tal vez; pero vamos, que me da igual el motivo; el daño ya está hecho y lo demás son gilipolleces. Lo que pasa es que me enciendo porque me da rabia saber que mucha gente que había ido desde muchos puntos de España incrédulos se volvieron a sus casas completamente vacíos ¿no? Es que es una pena que te cuenten que por la mañana todas las taquillas abiertas y para la devolución una y cola kilométrica, no hay derecho. Saber eso da muchísima rabia. O por ejemplo me da también mucha pero mucha rabia saber de un niño de 9 años que lloraba a moco tendido cuando se montaba en el autobús para hacer nuevamente 300 km esta vez de vuelta a casa y sin ver su corrida de toros; ese niño el sábado cuando se metió a la cama no soñó con ser Morante de la Puebla de mayor… qué pena, no hay derecho.